Los niños y niñas de la Fundación Amada del Señor vivieron una jornada llena de sonrisas, juegos y aprendizajes que quedarán en su corazón.
Nuestros colaboradores, de manera voluntaria, compartieron su tiempo, energía y cariño en actividades pensadas para inspirar, enseñar y transmitir nuestros valores corporativos.
Cada dinámica fue una semilla de esperanza, sembrada con amor, para que estos pequeños sueñen en grande y crean en un futuro lleno de posibilidades.